
Las aulas como espacios para aprender y compartir
En el proceso de formación académica y en especial en la niñez y adolescencia, las aulas se convierten en un espacio valioso para el desarrollo social y emocional de los estudiantes.
En las aulas no solamente se encuentran con un proceso de formación académica para adquirir conocimiento, es el lugar donde aprenden a relacionarse con los demás, a adquirir normas de convivencia, a manejar sus emociones y logran adquirir habilidades para comunicarse.
Desde un aula, los estudiantes comenzaran a tener un trabajo colaborativo que les permitirá mas adelante desarrollar tareas en equipo, en ella logran ser inclusivos uniendo las fortalezas y debilidades con los demás para desarrollar las diferentes actividades que tengan.
Una de las razones por las que, a pesar de la pandemia, el Gobierno Nacional ha insistido en el regreso a clases con alternancia es precisamente porque se ha demostrado que la socialización de los estudiantes contribuye al desarrollo de ellos por la formación de valores como la autoestima, la autocrítica, la tolerancia, la responsabilidad, la empatía, el respeto, la colaboración y la toma de decisiones.
Desde el punto de vista académico, el aula de clases permite que haya una relación más cercana entre los docentes y sus alumnos, en el cual se pueden aclarar inquietudes de inmediato y puede influir en la motivación para estudiar. Las aulas pueden ser fundamentales en el proceso cognitivo en la primaria y el bachillerato ya que la mayoría de los estudiantes no tienen aún la disciplina del autoaprendizaje como puede suceder en la educación superior, en donde ya pueden contar con un sistema de plataformas para estudiar siendo más responsables e independientes en su proceso educativo.
Es importante que los docentes y directores de las instituciones educativas conviertan las aulas en lugares agradables y cómodos, que cuenten con mobiliario adecuado, recursos de apoyo, buena iluminación, el lugar debe ser amplio, con colores claros, decoración acorde a la edad de los estudiantes y herramientas tecnológicas que les permitan ir innovando en la formación de ellos.
El aula de clases se convierte en un espacio de transformación en el cual el docente es el encargado de enseñar y liderar a sus estudiantes para que obtengan los resultados que se esperan no solo a nivel académico sino a nivel social. Por esta razón, los profesores se convierten en un elemento esencial para detectar problemas de aprendizaje o de socialización de sus alumnos con el fin de apoyarlos y orientarlos de manera adecuada para que mejoren su rendimiento.
Otro de los grandes aportes a la educación con las aulas, es el juego, a través de él, los niños de la edad preescolar y primaria logran adquirir habilidades para la observación, la comunicación, aprenden a escuchar y a trabajar en diferentes roles para relacionarse con sus compañeros.
La tarea del docente para que el aula sea realmente un espacio para compartir y aprender será tener un gran compromiso con sus estudiantes conociendo a cada uno en cuanto a sus debilidades y fortalezas tanto a nivel académico como emocional para lograr potencializarlas o mejorarlas según sea el caso.