Cómo estimular el desarrollo social en los niños
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Cuando se habla de la estimulación para el desarrollo social en los niños hay que tener claro que es un proceso que comienza desde que son bebés. Desde esa temprana edad inicia un apego hacia sus padres o cuidadores con los cuales buscan como comunicarse de una manera u otra.
A medida que van creciendo se establecen normas con los niños que deben estar acordes a su edad para que inicien un correcto aprendizaje que les permita adoptar comportamientos adecuados para vivir en sociedad.
Con el transcurrir del tiempo van socializando con más personas y la comunicación se hace más necesaria permitiendo un sano desarrollo a nivel afectivo y cognitivo. De ahí la importancia que desde la edad de los 2 o 3 años ingresen a jardines infantiles para que puedan interactuar con otros niños de su edad, exploren y experimenten con el entorno.
Para estimular el desarrollo social en los niños es importante que además de establecer reglas y pautas de comportamiento en todo momento se tengan con ellos muestras de afecto. Los niños siempre deben sentirse queridos por sus padres y familiares con el fin que crezcan seguros de sí mismos y logren mantener a futuro una buena comunicación para expresar sus sentimientos, alegrías y frustraciones sin temor hacer cuestionados por sus emociones.
Es importante fomentar en ellos la independencia de acuerdo a la edad en que se encuentren por ejemplo deben aprender a comer solos, amarrarse los zapatos, vestirse, arreglar sus juguetes, tender su cama, entre otras tareas, que les va a permitir además de cumplir reglas a convertirse en personas organizadas en su vida.
Tanto en el entorno familiar como en el escolar deben fomentarse espacios para el diálogo y la resolución de conflictos con el fin que se conviertan en personas empáticas brindándoles herramientas que les permita asumir responsabilidades y entender a los demás en cada entorno en el que se encuentren.
Uno de los puntos fundamentales para el desarrollo social de los niños es la lúdica, a través de ella no solo se divierten, sino que logran identificarse, ser autónomos, creativos y desarrollar habilidades tanto físicas como cognitivas. El juego es un espacio que debe estar presente no solo en el entorno escolar sino familiar, compartir en el hogar alguna actividad lúdica será enriquecedor para el niño siempre.
Los niños deben adaptarse desde pequeños a una rutina diaria que les permita entender que van a estar en una sociedad en la que se les va a exigir unas normas. De ahí la importancia que los niños tengan horarios estipulados para levantarse, acostarse, bañarse o jugar.
Por último, es necesario que como padres, docentes o cuidadores se esté evaluando el proceso del desarrollo del niño con el fin de identificar las dificultades que pueda estar presentando para socializarse y así tratarlas adecuadamente a nivel familiar, escolar o si es necesario con ayuda de algún profesional.